Para muchos cantantes, el arte popular se ha convertido en un tesoro inagotable para la creatividad. Solo necesitas usar hábilmente este tesoro. Ruben Motevosyan no solo confía en esta sólida base, sino que también trata de preservar las mejores tradiciones.
Infancia difícil
Ruben Matsakovich Matevosyan nació el 12 de enero de 1942 en una familia incompleta. Para entonces, su padre fue al frente y murió. El niño creció y fue criado por los parientes más cercanos. Siempre había muchos niños en la casa y el pequeño Rubén no se sentía privado de atención ni de un trozo de matnakash. Mamá tuvo que trabajar duro para traer a casa una barra de pan. El niño demostró habilidades vocales y musicales desde una edad temprana.
En la escuela, el futuro cantante estudió bien. Su materia favorita fue la literatura. Siempre participó de buena gana en concursos de arte amateur. Uno de los primeros de la clase en aprender a tocar el duduk. Rubén asistió a clases del conjunto de instrumentos folclóricos armenios. Y no solo asistió, sino que trató de dominar la técnica de ejecución. Escribí y memoricé la letra de las canciones. Paralelamente a sus estudios en una escuela de educación general, tomó un curso en una escuela de música.
Actividad profesional
Después de recibir un certificado de madurez, Matevosyan ingresó en la Facultad de Filología de la Universidad de Ereván. Para acelerar el proceso de aprendizaje, al mismo tiempo recibió educación especializada en el departamento de canto del conservatorio local. La voz de Rubén era única en timbre. El cantante certificado llegó a trabajar en el conjunto de instrumentos populares, que se creó en el comité de radio de Armenia. Dos años más tarde, el talentoso artista se convirtió en el líder del equipo.
La carrera creativa de Matevosyan se desarrolló de manera constante, sin altibajos bruscos. El joven líder no solo preparó cuidadosamente a los artistas para las actuaciones. Los ensayos tuvieron lugar casi todos los días. Compositores famosos escribieron música y canciones especialmente para el conjunto. Entre ellos se encuentran Aram Khachaturian y Arno Babajanyan. Las giras anuales trajeron la fama colectiva. El conjunto fue recibido con constantes aplausos en Argentina y Canadá, Francia y Líbano.
Lado privado
Se han escrito cientos de artículos periodísticos y decenas de monografías científicas sobre la contribución de Rubén Matevosyan al desarrollo y popularización de la cultura de la canción armenia. Periodistas meticulosos han calculado que el maestro ha interpretado y grabado casi mil canciones en armenio. En muchas bibliotecas de música extranjeras se guardan muestras de la creatividad del cantante. Actualmente, la cantante y compositora es una destacada experta en materia de cultura nacional.
Ruben Matsakovich prefiere no hablar de su vida personal. Este es un tema cerrado para los periodistas. Hay motivos para creer que su esposa siempre lo espera en casa. En algún lugar del extranjero, los hijos y nietos viven sus vidas. Lo llaman a ella. Sin embargo, el artista del pueblo no tiene la intención de salir de su tierra natal.