El fetichismo moderno ha dejado de estar asociado con las relaciones sexuales duras. Hoy la estética de las relaciones íntimas está en la agenda. Y es el fetiche el que puede dar un nuevo significado a este aspecto de la vida humana.
El fetiche ha ido más allá de su significado habitual. No es solo un objeto o cosa lo que se convierte en objeto de fetichismo. Y no un culto a lo inanimado. Un fetiche que evoca invariablemente la adoración ciega y la deificación es un fenómeno que lo abarca todo en diferentes esferas de la vida.
El fetiche adquirió una importancia particular no hace mucho como objeto de fijación sexual. Se trata de una atención obsesiva a cualquier parte del cuerpo, una especie de transferencia de los genitales a otras partes del cuerpo que no están directamente relacionadas con la fisiología del sexo. Pechos grandes, nalgas fuertes y abultadas, caderas anchas: todo esto es la prosa del fetichismo. Un fetiche trabajado, puesto en funcionamiento y que no causa mucha sorpresa. Si sus objetos son los dedos de los pies, la curva del cuello, la espalda y otras partes del cuerpo, a las que antes se les prestaba menos atención, entonces esto ya es un fetichismo poético de hoy.
La sociedad se esfuerza por ser pervertida, exige más placer al tener sexo. Las formas tradicionales ya se han vuelto arcaicas. El fetiche de una pareja tetona y con labios todavía está en demanda hoy en día, pero ya está a punto de desacreditarse. El aspecto sofisticado del "pervertido" moderno se ha vuelto más exigente. La industria del sexo, que se está desarrollando rápidamente, requiere sofisticación, una filosofía de relaciones sexuales completamente nueva. Todo lo que es imposible de encajar en el marco de la percepción ordinaria se convierte en fetiche.
Llega el momento de la cosmogoría sexual. Los swingers de ayer, BDSM, futanari de hoy, hentai irán al archivo. El movimiento de los labios, el demonismo de los ojos, la profundidad de la respiración, el aroma único que exuda una secreción, el temblor eléctrico del cuerpo: todo esto es el retorcimiento del mañana.
Muy sutil para el que busca y está cansado del gusto sexual prosaico, el fetiche es "sexo libre de sexo". Este lema se puede descifrar como "la victoria de la estética refinada del coito y la gestión de la fisiología tosca".
