El heredero del trono inglés, Carlos, Príncipe de Gales, se ha casado dos veces. El primer matrimonio con Diana Spencer se llamó "la boda del siglo", la celebración parecía un cuento de hadas y se transmitió en todos los canales de televisión. El segundo evento fue mucho más modesto, pero de gran importancia para los participantes, porque esta vez el príncipe realmente se casó por amor.
Charles y Diana: una hermosa historia
El Príncipe de Gales no pensó en el matrimonio durante mucho tiempo, lo que preocupó mucho a Isabel II y al Príncipe Felipe. Se requería la continuación de la familia, además, el heredero necesitaba un cónyuge para realizar funciones representativas. Se le presentaron una serie de requisitos a la futura princesa: debe ser joven, saludable y de origen aristocrático. Y lo más importante, no existe un pasado escandaloso que pueda arruinar la reputación de la casa real británica.
Todos los familiares se unieron a la búsqueda de una esposa para el heredero. En ese momento, Charles tenía una fuerte relación con Camilla Shand. La niña era una aristócrata, pero su reputación dejaba mucho que desear. Esta candidatura categóricamente no le convenía a la reina. Como resultado, el heredero conoció a la joven Diana Spencer, una aristócrata de dieciocho años cuya abuela era la mejor amiga de la madre de Isabel, la reina madre. Diana provenía de una antigua nobleza, aunque no de familia rica, era hermosa, modesta, inocente. Al príncipe le agradaba, aunque no había una pasión ardiente: Carlos todavía amaba solo a Camilla.
Obedeciendo un sentido del deber, el heredero le propuso matrimonio a Diana pocos meses después de conocerse. Para su profunda sorpresa, la chica lo aceptó sin dudarlo. La boda estaba prevista para finales de julio de 1981 y se concibió como un acontecimiento verdaderamente épico.
Boda del siglo: detalles
La ceremonia oficial tuvo lugar el 29 de julio en la Catedral de St. Paul en Londres. Se invitó a unos 3500 invitados, incluidos representantes de las casas reales de Noruega, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Nepal y Jordania. Una multitud de londinenses y turistas se reunieron en las calles a lo largo de la ruta del cortejo nupcial. La boda fue retransmitida por varios canales ingleses y extranjeros, según estimaciones generales, la "boda del siglo" pudo ser vista por más de 750 millones de televidentes.
Según las estadísticas, la boda del príncipe heredero fue la más cara de la historia británica. Se gastaron casi 3 millones de libras esterlinas en él. Sin embargo, el interés en el evento fue tan grande que permitió a las agencias de viajes, hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs ganar mucho dinero. Hoy en día, los artículos con símbolos de boda se pueden comprar en subastas y no son baratos.
La principal intriga para el público fue la imagen de la novia. Diana cumplió plenamente con las expectativas, interpretando el papel de una princesa de cuento de hadas. El suntuoso vestido de tafetán de seda costó 9.000 libras esterlinas y fue diseñado por los diseñadores británicos Elizabeth y David Emmanuel, en total consonancia con los gustos de la novia. El atuendo estaba decorado con volantes de encaje, bordados a mano, perlas y pedrería, el principal atractivo era el tren de veinticinco metros. La cabeza de la novia estaba coronada con la tiara de la familia Spencer sujetando el velo. El atuendo se complementó con un enorme ramo de rosas, azahar y flores de jardín. Charles se puso el uniforme de gala de un comandante naval y se veía muy afable.
El evento comenzó con un solemne paseo por las calles en un carruaje abierto. Los recién casados iban acompañados del príncipe Andrés, hermano de Carlos. Los espectadores pudieron ver a toda la familia real dirigiéndose a la ceremonia en la catedral. Diana fue llevada al altar por su padre, la cola de la novia fue llevada por tres damas de honor, la procesión fue complementada por niños con trajes blancos como la nieve: pajes y floristas, tradicionales para las bodas inglesas. Luego de la boda, la pareja salió al balcón a saludar, fue aquí donde se tomó una de las fotografías más famosas, capturando el primer beso de la pareja real. Al final del día, se celebró un banquete de gala en el Palacio de Buckingham.
Segundo matrimonio: moderación y estilo
Después de la muerte de Diana, Charles decidió firmemente unir su destino con el que siguió amando todos los años de un matrimonio fallido. Se enfrentó a un camino difícil: tuvo que soportar el duelo acorde a la ocasión, y luego convencer a los padres y a los hijos mayores de la veracidad de su decisión. Se necesitó paciencia, tacto y una tremenda resistencia. También fue importante obtener la aprobación de la gente, que cree que su esposo y Camilla fueron los culpables de la muerte de la adorada Diana.
Años de espera terminaron con una modesta ceremonia civil. Charles y Camilla se casaron en abril de 2005 en la Capilla del Castillo de Windsor. Los recién casados no eran jóvenes, además, cada uno de ellos tenía un divorcio a sus espaldas. La pareja fue bendecida por el obispo de Canterbury, solo los más cercanos estuvieron presentes en la celebración. Es de destacar que a la boda asistieron los príncipes William y Harry, quienes aprobaron la decisión de su padre y recibieron calurosamente a su madrastra.
La boda no fue televisada, pero se filmaron bastantes noticias. El público observó el elegante atuendo de la novia: un vestido de raso azul suave, un abrigo de tafetán ligero a juego, decorado con bordados dorados, y un tocado inusual con plumas de faisán. El traje se correspondía completamente con la naturaleza del evento, enfatizaba el estilo y el estatus de Camilla y estaba en perfecta armonía con la tarjeta de presentación de Charles.
Después de la boda, la novia tenía derecho a todos los títulos de su marido y se convirtió en la nueva princesa de Gales. Sin embargo, Camilla prefiere que la llamen duquesa de Cornualles para evitar asociaciones innecesarias y no sorprender al público.