El Día de Rusia, que se celebra el 12 de junio, reúne a miles de personas en la Plaza Roja cada año. Sin embargo, esto hace que aumenten las exigencias para garantizar la seguridad de la gente reunida, lo que, a su vez, en ocasiones impide que los vecinos y los invitados de la capital accedan libremente a la plaza.
Es necesario
boleto de cortesía
Instrucciones
Paso 1
Para evitar que la celebración del Día de Rusia se vea ensombrecida por eventos desagradables, los organismos encargados de hacer cumplir la ley tienen que trabajar mucho. En particular, la Plaza Roja está cerrada para visitas durante varios días, esto se debe a la necesidad de un control exhaustivo de todas las instalaciones para garantizar la seguridad. En 2012, la plaza estuvo cerrada al público durante 5 días, del 8 al 12 de junio. Directamente el día de la celebración, el Kremlin de Moscú también se cerró, solo la Armería estaba abierta para el acceso, la entrada se realizó desde el costado de la torre Borovitskaya.
Paso 2
El hecho de que la Plaza Roja estuviera cerrada antes de las vacaciones no significa que el 12 de junio estuviera abierta a todo el mundo. Todos los pasillos aún estaban cerrados, solo era posible ingresar con una tarjeta de invitación. Por eso, muchos moscovitas que querían llegar al concierto dedicado al Día de Rusia nunca pudieron llegar a la Plaza Roja. Las declaraciones de los organizadores del evento sobre la entrada gratuita resultaron ser, por decirlo suavemente, falsas.
Paso 3
Las entradas de invitación al concierto se distribuyeron activamente en las universidades entre "estudiantes excelentes, activistas del autogobierno estudiantil y ganadores del concurso". En algunos lugares, se vendieron boletos gratis, el precio subió a 500 rublos. Se intercambiaron de manera especialmente inteligente antes del comienzo del concierto. Habiendo pagado la cantidad especificada a los especuladores, la gente del pueblo y los invitados de la capital aún podían llegar a las vacaciones.
Paso 4
Los internautas se encontraban en una posición un poco más ventajosa, tenían la oportunidad de encontrar direcciones donde recibir volantes, que, a su vez, se canjeaban por un boleto de entrada en otro lugar. Es bastante difícil encontrar una explicación lógica para un esquema tan complejo para obtener el preciado billete. No obstante, cabe esperar que el próximo año los organizadores de la festividad se reúnan con los ciudadanos e invitados de la capital a mitad de camino y hagan que la entrada a la Plaza Roja sea realmente gratuita.