Muchos egipcios todavía siguen costumbres antiguas por miedo a la superstición. Algunos de ellos pueden parecer extraños, y algunos incluso sorprenden a cualquiera que no esté familiarizado con la cultura de este misterioso país de las pirámides.
Egipto mugriento
La suciedad en las calles y los montones de basura tirados en la calzada son una característica de lejos del único Egipto. Sin embargo, el hábito de no lavar a los niños entre algunos egipcios puede explicarse no por la falta de agua y la pereza, sino por la protección contra el deterioro. En la antigua Rusia, los niños también solían vestirse con ropa vieja, ahuyentando a los espíritus malignos. Una costumbre similar se puede atribuir a la creencia de que por la noche es mejor no sacar la basura de la cabaña, para que proteja la casa de las fuerzas inmundas por la noche. Muchas madres supersticiosas, cuando alimentan a un bebé con biberón, también lo envuelven en un calcetín viejo y sucio para que la leche no lo estropee.
Niño o niña
En familias especialmente religiosas, al nacer un niño, toda la familia puede llamarlo durante algún tiempo por su nombre femenino, perforarle las orejas y vestirse con un vestido. Los egipcios supersticiosos piensan que de esta manera será posible proteger al niño del daño de las personas envidiosas, ya que dar a luz a un futuro heredero de un esposo es más honorable que una hija.
Saltar por encima de los bebés
Si en las tradiciones rusas existe la creencia de que no se puede pasar por encima de los niños, no crecerán, entonces entre los egipcios, como entre los españoles, por el contrario, existe la costumbre de pisar o saltar sobre los bebés, llevándose así todas las enfermedades y el mal con ellos.
Costumbres del hammam
No debe llorar en el baño y el inodoro, y antes de vaciar los intestinos y la vejiga, debe enjuagar el agua del tanque. Con la ayuda de esta costumbre, los egipcios expulsan al espíritu maligno de la habitación y no permiten que se lleven su alma.
Rituales de cama
Si un egipcio se levanta por la noche en el baño o en la cocina, luego de regresar necesita darle palmaditas al colchón con la mano para ahuyentar a los espíritus que podrían ser atraídos por el calor de la cama para dormir. En otras culturas, existe la creencia similar de que después de despertarse, es necesario extender la sábana y hacer la cama. Dado que, según las leyendas, las criaturas de un mundo paralelo pueden succionar energía de una persona a través del lugar donde dormía.