Las campanadas del Kremlin son uno de los relojes más famosos del mundo, que se encuentran en la Torre Spasskaya del Kremlin de Moscú. Tienen una historia muy emocionante y su estructura no es menos interesante.
Los primeros relojes en Moscú aparecieron en 1404 y se ubicaron cerca de la Catedral de la Anunciación. Luego, en 1621, Christopher Golovey hizo otro reloj. En 1625 se les construyó una tapa de piedra en la Torre Spasskaya. En 1706, se instaló un nuevo reloj, que Peter compré en Holanda. Pero en 1737 se produjo un incendio que arruinó el mecanismo. Fue restaurada en 1767, pero debido a los incendios de 1812, el reloj volvió a romperse.
Las campanillas que se pueden ver hoy en la torre en 1851 fueron restauradas por los hermanos Boutenop. Hay una inscripción correspondiente sobre esto en el marco del reloj de hierro fundido. El diámetro de su esfera es de 6, 12 m, la altura de los números es de 0, 72 m, la manecilla de las horas es de 2, 97 m, la manecilla de los minutos es de 3, 27 m. Los números, las manecillas y el borde del reloj son cubierto de oro. El péndulo tiene una masa de 32 kg, y su longitud es de 1,5 m. Además, tienen un compensador de madera, por lo que el cambio de temperatura del aire no afecta la precisión.
Las campanas del Kremlin ocupan tres pisos de la Torre Spasskaya, del 8 al 10. Su mecanismo principal está ubicado en el noveno piso en una habitación especialmente designada. Consiste en cuatro nodos separados, por así decirlo: el movimiento del reloj, el sonido del reloj, el sonido de los cuartos, así como el sonido de las campanas. Cada unidad (mecanismo) tiene su propio eje de enrollamiento. Se pone en funcionamiento con pesos especiales formados por lingotes cilíndricos de hierro fundido. Su peso varía de 100 a 200 kilogramos. También hay un conjunto de campanas afinadas que están asociadas con el movimiento del reloj. Todos están ubicados en el décimo piso.
Los mecanismos que se encargan de golpear y tocar tienen un tambor programado. Los alfileres se fijan en él en una secuencia determinada. En el momento adecuado, el tapón de este tambor se apaga y comienza a moverse bajo la influencia del peso. A su vez, los pasadores tocan los mangos de martillos especiales y, como resultado, suenan las campanas.
La fábrica de relojes se produce 2 veces al día. Asimismo, se realiza una inspección de rutina diaria de la unidad, y una vez al mes, una más detallada. El reloj es controlado por el relojero mediante un cronómetro especial.