En los viejos tiempos, cuando la sal valía casi su peso en oro, era costumbre manipularla con mucho cuidado. Si un invitado volcaba accidentalmente el salero, esto se consideraba una falta de respeto hacia los propietarios. Si uno de los familiares esparcía sal, entonces era sancionado, porque la pérdida de sal conllevaba nuevos gastos imprevistos.
Instrucciones
Paso 1
La forma más racional de reconciliar a las personas que se pelearon por la sal se puede encontrar en un libro de texto de química escolar: solo necesitas recolectar la sal derramada sin perder ni una pizca. Sin embargo, en la práctica, esto no es muy fácil de hacer, ya que la sal derramada en la mesa o en el piso puede mezclarse con la basura. Por lo tanto, no es suficiente solo recolectar la sal, sino que también debe limpiarla de impurezas. Para esto, la sal recolectada debe verterse en un vaso de agua. Después de un tiempo, la sal se disolverá y todos los residuos se depositarán en el fondo. Después de eso, deberá filtrar la solución y evaporar toda el agua. De esta manera puede limpiar la sal de los escombros, que ha conservado su volumen original.
Paso 2
Hoy en día, cuando la sal es muy barata, la gente no tiene motivos para discutir por su pérdida. Por lo tanto, hay formas más fáciles y rápidas de reconciliar a las personas que se pelearon por la sal o de evitar una pelea por completo. Por ejemplo, puede arrojar una pizca de sal derramada sobre su hombro izquierdo. Según la creencia popular, de esta forma se puede ahuyentar a los malos espíritus que pueden provocar una riña entre los que están sentados a la mesa. Y si las personas ya han tenido tiempo para pelear, luego de este simple ritual, inmediatamente se repondrán.
Paso 3
Otro presagio popular es espolvorear la sal derramada con azúcar antes de limpiarla de la mesa. Si alguien ya ha logrado limpiar la sal, entonces el propietario debe darles a todos los invitados té con azúcar y hacerlos reír. En este caso, ninguno de los presentes se peleará, y los pequeños desacuerdos se resolverán inmediatamente por sí mismos. Pero si, no obstante, se produjera una disputa seria entre personas, que no podrían olvidar ni siquiera con una taza de té dulce, tendrán que actuar por otros métodos. Lo mejor es hacer un regalo simbólico a las personas que se han peleado: regalarles un paquete de sal, y siempre uno para dos. Después de eso, sin duda irán al mundo.