En el mundo moderno, especialmente en el campo de los negocios, los hombres y mujeres a menudo pierden sus rasgos tradicionales, pierden su masculinidad y feminidad. La responsabilidad, la confiabilidad, el deseo de proteger a los seres queridos y cuidarlos se convierte en despotismo, el deseo de obtener grandes ganancias, la impaciencia con los errores ajenos. La sensibilidad, la ternura, la sabiduría son reemplazadas por una dura independencia, un éxito ostentoso.
Sin embargo, sometidos a nuevos roles sociales y al poder de los estereotipos, las personas olvidan lo útiles que pueden ser en la vida y, en particular, en los negocios, los rasgos tradicionales y naturales inherentes a Hombres y Mujeres. Una de las formas más fáciles y agradables de recuperar la masculinidad o la feminidad es practicar el tango argentino.
En las lecciones de baile, un hombre aprenderá a liderar y una mujer aprenderá a seguir. Sin embargo, esto no significa en absoluto que el caballero ordene y la dama lo obedezca sin cuestionarlo. Un hombre se responsabiliza del baile: debe ser capaz de determinar qué movimientos podrá hacer su pareja, evaluar el espacio que tiene a su disposición para no chocar con una pared u otros bailarines. Protege a su dama, le da confianza en sí misma. Es confiable, tranquilo, sensible, sabe determinar las características del carácter y estilo de su pareja y elegir aquellas opciones de baile que se adapten a sus gustos. Es preciso en sus movimientos, confiado en sí mismo. Esa persona quiere confiar.
Tenga la seguridad de que la demostración de tales cualidades es apropiada no solo en el tango, sino también en los negocios. Una persona que siempre evalúa correctamente sus habilidades y las de los demás, irradia confianza en sí mismo y parece muy confiable y responsable, las cosas seguramente irán bien.
Una mujer de negocios tampoco falla si se inicia en la práctica del tango argentino. Gracias a los entrenamientos, una mujer aprenderá, primero por el abrazo y el estilo de baile, y luego por los modales, la mirada, la postura, el andar, a determinar qué tipo de persona está frente a ella. También comprenderá cómo acercarse a diferentes personas. Esta capacidad será útil para una mujer de negocios más de una vez para comunicarse con colegas, subordinados, socios comerciales y jefes.
Finalmente, gracias al tango argentino, una mujer que está acostumbrada a llevar una máscara todos los días y cansada de demostrar constantemente fuerza, rigidez e independencia podrá darse el descanso deseado. Podrá confiar en su pareja, experimentar una extraordinaria oleada de sentimientos que le son inaccesibles en la vida cotidiana. Esta es una liberación tremenda que le ayuda a recuperarse más rápido y deshacerse de la fatiga.
