Si eres un cazador o un granjero, es poco probable que tengas dudas sobre qué hacer con la piel de un animal muerto. Sin embargo, si recién está comenzando a comprender estas actividades ciertamente maravillosas, entonces tal problema puede causar cierto desconcierto. Una cosa es segura: no debes tirar las pieles. Deben hacerse y luego aplicarse a voluntad, afortunadamente, no es tan difícil.
Instrucciones
Paso 1
Después de quitarle la piel, retire la grasa restante y la carne, y luego espolvoree generosamente con sal en el interior para que la sal absorba la humedad y ralentice los procesos de descomposición.
Paso 2
Después de unos días, retire el exceso de sal y seque la piel.
Paso 3
Remojar la piel en salmuera (50 gramos de sal por litro de agua) hasta que se ablande.
Paso 4
Lave la piel con detergente común para ropa y agua tibia para eliminar la suciedad y los olores.
Paso 5
Estirar la piel y pulirla, es decir, raspar de adentro hacia afuera para quitar los restos de lo que no se pudo quitar en el paso 1.
Paso 6
Prepare una solución de agua, harina de centeno (200-250 gramos por litro), sal (30 gramos por litro), refresco (0,5 gramos por litro) y levadura (5-10 gramos por litro). Coloque la piel en ella durante dos días. Prepárese para que la solución desprenda un olor muy desagradable. Revuelva la solución de vez en cuando para que no se estanque.
Paso 7
Prepare una solución de tanino a partir de una decocción de sauce o corteza de roble con un poco de sal.
Paso 8
Sature la piel con una solución bronceadora desde el interior, doble la piel por fuera y déjela reposar durante un día.
Paso 9
Seque la piel, recordando estirarla y aplastarla durante el proceso de secado para lograr una futura suavidad.
Paso 10
Si lo desea, la piel se puede tratar adicionalmente con una mezcla de glicerina y yema de huevo para aumentar su repelencia al agua y suavidad.