Cuando se habla de tango, muchas personas se refieren al baile de salón, en el que las parejas ensayan de antemano y luego se manifiestan en presentaciones. Sin embargo, el tango argentino se diferencia en muchos aspectos del baile de salón. Incluso se podría decir que hay muchas más diferencias que similitudes entre los dos bailes.
La diferencia más importante entre el tango argentino de salón es que implica una improvisación constante, cada segundo. Puedes pensar en una danza como un mosaico formado por muchos pequeños detalles. Los socios lo recogen, creando un patrón de baile único. Combinan caminatas, giros, paradas y adornan el tango. Por supuesto, hay ciertas reglas que deben cumplirse durante el baile, pero de ninguna manera restringen la imaginación de los socios.
Es interesante que la oportunidad de crear algo único cada vez, de improvisar, de presentarle sorpresas a la pareja y recibirlas a cambio durante el baile atrae tanto a tanta gente que empiezan a dedicar mucho tiempo al tango argentino, soñando con convertirse en profesionales.
Con el tiempo, los bailarines incluso se acostumbran a transferir el arte de la improvisación a la vida cotidiana: les resulta mucho más fácil llevar a cabo negociaciones comerciales, comunicarse con clientes "difíciles", elegir el tono adecuado en la conversación con amigos y seres queridos, rápidamente y lo más importante, reaccionar correctamente a las palabras y acciones de otras personas … Aquí es en parte donde reside la singular belleza del tango argentino.
Las diferencias entre este baile y el tango de salón, al que mucha gente ya está acostumbrada, son enormes. Por eso, si has estudiado tango de salón e incluso tocado, tendrás que percibir las lecciones de tango argentino como algo completamente nuevo, y no como un agregado a lo que ya sabes. La diferencia entre el tango argentino y el de salón ya se nota al aprender lo básico: la música, los pasos, los movimientos, la naturaleza de los abrazos en estos bailes son diferentes. Si a menudo ve las actuaciones de los bailarines en la televisión, al compararlas con el baile de los maestros en la lección, notará inmediatamente la diferencia.
Cabe mencionar también la versión escénica del tango argentino. Es más común que la versión clásica, porque se usa durante actuaciones que cualquiera puede admirar.
En primer lugar, la danza escénica suele estar compuesta y ensayada de antemano, por lo que el elemento de improvisación en ella es muy débil. Aún así, estamos hablando de una actuación preparada, que debería sorprender gratamente al público. En segundo lugar, los movimientos en tal danza son exagerados y demasiado pronunciados. Esto se debe al hecho de que incluso las personas que se sientan lejos del escenario deberían captar fácilmente la esencia del baile y ver bien los pasos. El tango escénico es siempre teatral, mientras que en el argentino clásico este rasgo no lo es.