Durante muchos años, los jardineros han intentado criar rosas azules, incluso se han obtenido flores negras inusuales en el proceso de investigación. La solución a este problema no se encontró hasta finales del siglo XX.
Historia del problema
A principios del siglo XX, las rosas violetas se criaron en Alemania, su color estaba lejos del azul saturado, además, florecieron muy a regañadientes y raramente, por lo que estas flores no ganaron popularidad. Después de muchos años de intentos infructuosos por parte de los mejores floricultores de criar rosas azules, se han convertido en el símbolo de una quimera, convirtiéndose en sinónimo de imposibilidad.
El mercado de las flores ha estado esperando rosas azules durante mucho tiempo, por lo que algunos productores decidieron lidiar con este problema de manera mecánica y comenzaron a pintar rosas blancas de azul.
A fines del siglo XX, fue posible estudiar flores y plantas a nivel genético, esto permitió establecer la causa de las fallas en la cría de rosas azules. Los estudios han demostrado que absolutamente todos los tipos de rosas carecen del pigmento delfinidina, responsable del color azul.
El trabajo sobre el aislamiento de genes azules de pensamientos comenzó en 1990, los investigadores tardaron catorce años en introducirlo correctamente en los genes de la rosa. La primera rosa azul se llamó Suntory Blue Rose Applause en honor a la empresa japonesa que patrocinó la investigación y el desarrollo. Desde 2008, estas rosas se encuentran en el mercado libre después de la aprobación del Comité de Protección Ambiental.
¿Cómo teñir de azul una rosa?
Dado que las rosas azules criadas no son fáciles de encontrar en las pequeñas floristerías y son bastante caras, puede utilizar un método simple que muchos cultivadores utilizaron a mediados del siglo XX. Este método es muy simple, toma de doce horas a un día.
Necesitarás una rosa blanca y tinta. Es recomendable quitar primero todas las hojas de la rosa, de lo contrario también se volverán azules, además, ralentizarán la coloración del capullo. Vierta aproximadamente medio vaso de agua limpia a temperatura ambiente en un frasco pequeño, agregue tinta allí. Revuelva la solución resultante, debe ser de un tono más oscuro que el color de rosa deseado. Corta el tallo en diagonal un centímetro para ayudar a absorber el agua. Coloque la rosa en agua teñida durante doce a quince horas. El tallo debe sumergirse unos tres centímetros. Compruebe con regularidad cómo va el proceso de teñido, ya que puede absorber demasiado tinte. Cuando la flor esté coloreada, colócala en un jarrón con agua corriente.